El otro día estuve visitando una finca rústica que se le puede denominar como “la genuina finca de recreo”.
Tiene todos los alicientes: El tamaño ideal, no muy grande porque si no se iría de precio, pero lo suficiente para cazar, pescar, navegar (linda con un pantano navegable de más de 40 kilómetros de largo), montar a caballo…
Tiene una buena casa, buenas instalaciones y, lo que es más importante, un entorno con una vegetación maravillosa.
¿Y de precio cómo anda? Pues, en mi opinión, el propietario ha hecho los deberes y ha puesto la finca a un precio interesantísimo en la coyuntura actual.
F.G.